domingo, 15 de marzo de 2009

UTOPÍAS

Utopías es el tema del programa del 13 de marzo de 2009. Hemos recibido colaboraciones y reflexiones de nuestros amigos y queremos compartirlas.

GERARDO PABLO VIVAS

El tipo llega hasta la puerta del mercado de pulgas, mete la mano en el bolsillo izquierdo del pantalón, saca un manojo de papeles y empieza a revisar entre tickets de compra, boletos de colectivo, papelitos con teléfonos anotados que casi no recuerda el motivo por el que están ahí. Descarta algunos hasta que encuentra aquel en que su amigo le anotó las instrucciones para dar con uno de los puestos del mercado.
"pasillo central al fondo, dos pasillos a la derecha, es un puesto medio retirado sobre mano izquierda, lo atiende un tipo de barba con humor cambiante y debajo de la tabla con caballetes que hace las veces de mostrador tiene una U roja hecha en telgopor". Respira hondo, junta coraje y comienza a deambular por el mercado hasta que, luego de seguir al pie de la letra las indicaciones llega al lugar indicado.

- Buenos días, tal vez puede parecerle una locura pero me dijo un amigo que en este puesto venden...
- Utopías, interrumpió el vendedor, tenemos todas clases de utopías, dice con orgullo señalando un pequeño anaquel con paquetes llenos de polvo.
- ¡Ah, muy bien!, exclama aliviado el tipo, la verdad es que no sabía si era una broma de mi amigo pero como me lo dijo tan serio no le dí demasiado lugar a las dudas.
- Tranquilo amigo, a mucha gente le pasa, somos concientes que nuestra mercadería ya no es algo demasiado habitual sobre todo desde aquel día que algún salame dijo que se habían muerto las ideologías.
- Y si, es raro pero también un poco la gente dejó de tenerlas, se acuerda la época de los 60 o de los 70 ¿qué joven no tenía una utopia todo el día en la cabeza?.
- Obviamente, esa fue la época de oro de nuestro negocio familiar, me acuerdo que mi padre hasta había pensado mudarnos de acá a un lugar en la Avenida Santa Fe, pero un amigo lo alertó que esa zona no era
demasiado propicia para el negocio, que la gente de ahí estaba mas en otra cosa, que el tema este de las utopías iba a seguir caminando siempre mejor acá.
- ¡Y bien acertado que estaba!, mire que yo ando por la calle y hablo con gente y tengo la sensación que la personas de las clases mas acomodadas no tiene, que es algo mas de las clases medias. Tampoco las tienen las clases mas bajas, ¿vio que los gobiernos se encargan de mantenerlos anestesiados y quietecitos?.
- Pero veo que está en tema y me alegro que asì sea porque seguro se le va a hacer mas fácil elegir la suya.
- Mmm, me parece que en eso estamos mal, preferiría que usted me sugiera y voy eligiendo ¿no le parece?
- Bueno, veamos... ¿quiere una grande o una chiquita?
- No le entiendo ¿tienen tamaño?
- ¡Por supuesto!, por eso algunas son mas difíciles de llevar y hasta le pueden costar la vida. Mire, hay grandes como "acabar con el hambre en el mundo", la llevan mucho los políticos y después no le dan de morfar a nadie.
Está la otra de "terminar con las desigualdades sociales", esa sale poco ahora por eso estamos como estamos.
"La paz mundial", esa, aunque no lo crea es la que mas vidas se cobró, muchos leen mal el manual y terminan usando armas para lograr la paz.
- Esas me quedan demasiado grandes, buscaba algo mas chico.
- Tengo una muy buena, "encontrar para ver en cable algo que no sea fútbol y películas repetidas un domingo a la tarde", eso la llevan mucho la gente que vive sola, los maridos y mujeres aburridos de su pareja, los pibes que anduvieron de farra el sábado a la noche y abren el ojo tipo dos de la tarde.
- ¡Pero no tan banales!, interrumpe el tipo. Algo intermedio, algo que no sea imposible de lograr pero que lleve unos cuantos años para que no se me gaste enseguida.
- A ver, déjeme ver, dice el vendedor mientras revuelve la estantería. "Hacer que Racing solucione sus problemas", ¡ah no!, eso mas que utopía es un milagro. A ver... ¡Acá tengo una!
- ¿Cuál es?
- "Cambiar el mundo", ésta le tiene que gustar.
- ¿Cambiar el mundo?, no, es demasiado grande y la verdad es que el mundo nunca va a cambiar.
- Ahí está el punto, todos creemos que el mundo no va a cambiar, que va a seguir siendo siempre la misma basura que es desde siempre, por eso cambiarlo es una utopía, pero ¿sabe que?, no es imposible. Es justo lo que usted me pide, algo que no sea imposible y que lleve unos cuantos años lograrlo, tal vez no lo logre pero se lo puede heredar a sus hijos, generalmente si uno las siembra bien las utopías son totalmente hereditarias.
- Pero me parece demasiado, me permito dudar que no sea una tarea de peligrosa, aparte vivo solo, no tengo pibes ni familia, es mas ni siquiera pareja tengo.
- Si lee bien el manual no tiene riesgo alguno, lo que tiene que hacer es empezar a cambiarlo de a poquito cambiar su vida por ejemplo, arrancar buscando una compañera de ruta, formar una familia, tener hijos inculcarles la idea de que un mundo mejor empieza por mejorar el propio mundo, su vida, su casa, su cuadra, su barrio, tal otros lo
empiezan a ver feliz y se contagian, cambian lo mismo que usted, lo que tienen al alcance de la mano y la sumatoria de todo eso de golpe y porrazo termina cambiando al mundo.
- Bueno, me convenció, la llevo. ¿Qué le debo?
- ¡Nada mi amigo!, las utopías son gratis y todos las tenemos a disposición, es cosa de venir a buscarlas, abrazarlas y llevarlas a cabo con responsabilidad, en eso está nuestra paga.

El tipo arrancó para su casa, guardo su utopía en el bolsillo interno izquierdo de su campera, cerca del corazón... de ahí no pensaba sacarla.

IVANA ROTELLA

El anhelo de mundos ideales y perfectos es tan antiguo como el ser humano, supongo que nada es imposible pero, tampoco se puede vivir inmerso en grandes utopías, no creo que sea fácil mejorar la realidad porque siempre van a existir las desigualdades en las relaciones humanas. Si bien las utopías tienen un carácter esperanzador, porque el ser humano es esencialmente utópico busca necesidad de imaginar mundos mejores, ya que es exclusiva de la especie humana y, por otro, esta necesidad se presenta de forma inevitable. El hecho de ser libres, de poder soñar con lugares mejores que el que nos rodea y de poder actuar en la dirección de estos deseos está íntimamente conectado con nuestra naturaleza utópica. Ésta es, además, la que justifica la esperanza que siempre permanece en nosotros: por muy injusto y desolador que sea nuestro entorno, siempre hallamos la posibilidad de imaginar y construir uno mejor. Hay una frase de Eduardo Galeano que dice:

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.”

En mi caso con respecto a esa frase, creo que seguir una utopía es el camino mas directo a seguir un deseo, un sueño o a buscar la felicidad propia a la que muchos tratan de utopía, porque siguiendo esos anhelos utópicos seguimos adelante para no bajar los brazos.

ELISABETH FAILO


He estado pensando sobre el tema de hoy y quiero manifestar algunas ideas.
Utopías, sueños, pasiones...son necesarias, si no las tuviéramos caeríamos en la desesperanza. Uno tiene pequeños sueños...o grandes. No necesariamente tan grandes que nos llevarían a pensarlos cómo imposibles de lograr.
Por ejemplo podemos pensar en LA JUSTICIA para todo el mundo y pensarlo como un imposible...pero podemos tratar de ser justos en lo que nos toca, familia, amigos, trabajo...y estaremos contribuyendo a la justicia del mundo.
Lo mismo serviría para todo lo nombrado: respeto, amor al prójimo, paz...
Si caemos en el pensamiento de que a alguien le conviene que bajemos los brazos (que no digo que no pueda ser posible) podemos caer en el conformismo y echar la culpa al otro de que no sea posible.
Siempre tengo presente algo que me contaron de la Madre Teresa de Calcuta. Dicen que alguna vez le dijeron que lo que ella hacía era como una gota en el océano y ella respondió: Sí, es verdad, pero si no lo hiciera al océano le faltaría una gota.
Por eso pienso que tal vez yo no llegue a ver un cambio en la sociedad pero mientras pueda trataré de sembrar la esperanza de que un mundo mejor es posible. Hay que "mejorarse" y contagiar a nuestro entorno.
Una gota y otra gota y una más...
Prefiero ser optimista...sobre todo por los jóvenes y niños que nos siguen.

Los espero por la PC en el horario del programa, desde Buenos Aires.
Que estén bien.




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