jueves, 23 de julio de 2009

EDUCACIÓN PÚBLICA

Hemos recibido por correo una propuesta singular respecto de la educación pública. Lo que sigue es el cuerpo del mensaje:


La propuesta consiste en que los gobernantes y funcionarios públicos estén obligados por ley a enviar a sus hijos a la escuela pública, como garantía de que realmente el sistema educativo estatal se convierta en uno de sus principales intereses.
Esta obligatoriedad puede lograr que se ocupen de revitalizar lo que durante mucho tiempo fue uno de los mayores éxitos del estado argentino: una escuela pública integradora en el intento de nivelar las distintas clases sociales que se mezclaban bajo el delantal blanco, y posibilitar así la igualdad de oportunidades.
Para expresar con mayor eficacia esta cuestión, transcribo un fragmento de la nota que Martín Caparrós escribió en la edición del diario Crítica con motivo del accidentado comienzo de clases (02/03/09):
"La educación pública servía para equilibrar, para integrar [...] para producir un país más educado, con mejores posibilidades en todos los terrenos. Ahora parece como si no importara. Y, de hecho, no les importa a los que manejan el Estado: hace mucho que mandan a sus chicos a colegios privados."
La lectura de esta nota, más el conocimiento de un anteproyecto de ley impulsado por padres rionegrinos en 2002, proponiendo lo mismo; y un proyecto del senador brasileño Cristiam Buarque -ex ministro de Educación del gobierno de Lula-, con similar proposición en el país hermano, fortalecieron la sensación de que no era una idea tan absurda..
La "ingenuidad" sumada de muchos puede transformarse en una decisiva manera de instalar el tema y llegar a que se debata seriamente.

Hasta aquí, el mensaje.

No me parece una idea "ingenua" ni alocada. En todo caso es de sentido común. Pero tengo algunas objeciones:

Respecto de la propuesta en sí, intento no caer en reduccionismos. Creo que lo que se debe exigir es una Escuela pública con recursos físicos y humanos suficientes para la correcta formación de ciudadanos y profesionales.

Digo esto porque el funcionario público debería estar obligado a cumplir con sus funciones, más allá de su propia experiencia personal.

Si toda la sociedad está de acuerdo en que la Educación es un bien primordial y una obligación del Estado, entonces estamos en un verdadero problema porque la Escuela Pública (y con ella la educación) viene degradándose desde hace mucho tiempo. Y eso no ocurre solamente porque los gobernantes sean seres malignos (de hecho son los que esta sociedad vota). Ocurre porque se desvaloriza permanentemente ante los principales interesados: la familia.

El docente ya no tiene ningún tipo de autoridad: los padres no los respetan; las autoridades educativas no los respetan; los funcionarios no los respetan y, por supuesto, los alumnos tampoco.

La Escuela ya no es el lugar adonde se va a adquirir conocimiento. Se ha convertido en un paso burocrático que toda persona entre los 5 y los 18 años debe cumplir. Y esto, a los ojos de las autoridades, debe hacerse a cualquier costo. ¿El alumno no conoce nuestro idioma? No importa. ¿No puede realizar operaciones matemáticas? No importa. Lo verdaderamente importante es el papelito que le damos al finalizar el período escolar.

Creo que cualquier propuesta que apunte a mejorar el sistema educativo debe ser intentada pero no perdamos de vista que el verdadero cambio empieza por nosotros.

Démosle a la Educación el lugar que le corresponde y la Educación va a cambiar.

César Gustavo De Gerónimo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

SU COMENTARIO SERÁ MODERADO Y LUEGO PUBLICADO.
GRACIAS POR VISITAR EL BLOG.
SI BIEN NO EXIGIMOS IDENTIDAD PARA LOS COMENTARIOS, NO ESTARÍA MAL UN NOMBRE YA QUE LOS NUESTROS SON PÚBLICOS.