sábado, 4 de abril de 2009

MALVINAS II

Nuestro colaborador Gerardo Pablo Vivas nos entrega esta vez un cuento en relación a Malvinas.


El reloj a cuerda sonó tan fuerte y tan estridente como cada mañana, la diferencia entre ésta y el resto fue que, sin darse cuenta, lo apagó de un manotazo y siguió durmiendo como si nada hubiera pasado. Una hora mas tarde volvió a abrir los ojos y se dio cuenta que se había quedado dormido "el colo me mata", pensó mientras realizando movimientos torpes se ponía el uniforme de la Federal.
No se bañó, ni desayunó, ni se detuvo en otra actividad que le quitara el tiempo necesario para llegar a horario a reemplazar al cabo Diego "el colo" García, su compañero y amigo a quien todas las mañanas a las 6 relevaba en la guardia de Casa de Gobierno.
A esa hora del día en cuestión de minutos el tráfico cambia y se empieza a poner cada vez más pesado así que, como el colectivo tardaba más haciendo mayor el retraso, se bajó e hizo lo que siempre criticaba a sus compañeros... chapeó un taxi. De todos modos llegó tarde, el colo ya no estaba para informarle las novedades, en su lugar estaba el oficial Bermúdez con cara de pocos amigos.
- Te salvás porque siempre llegás media hora antes pero te juro que la próxima vez te meto una semana de arresto ¿está clarito?
- Si señor, respondió con firmeza.
- Ahí en el libro de guardia tenés anotadas las novedades y el cabo García te dejó esto, dijo mientras sacaba del bolsillo 11 palillos. No sé en que carajo andan ustedes dos pero me lo dio cagándose de risa y me dijo que lo ibas a entender. ¿En que andan?
- En nada oficial, dijo sin saber que le iba a contestar si el jefe seguía indagando.
- Vos sabés que yo los aprecio a los dos y que los trato como a nadie... no me traten de boludo ¿en qué carajo andan?
- Le debo una picada, fue la primera respuesta que se le pasó por la cabeza. Como nunca llego tarde me dijo que el día que lo hiciera le iba a tener que pagar una picada con todos los ingredientes.
- Bueno, ponete a laburar que anoche hubo bastante movimiento acá así que imaginate lo que va a ser el día. Y avisá cuando es la picada que te va a doler más que la semana de arresto.

"¡Once palillos, que día que vamos a tener!", pensó mientras abría el libro de novedades y se daba cuenta que eso durante la noche había sido un desfile. "Once, ¡mierda!, debe estar de rodillas el tipo este". El número le parecía demasiado y quería detalles así que sin que nadie se diera cuenta lo llamó al colo por teléfono.

- Hola ¿colo?
- ¡Qué hacés bella durmiente!, dijo la voz de su amigo del otro lado. Sabía que me ibas a llamar, anoche estableció un record.
- ¡No te puedo creer!, ¿once el solo? ¡Tiene el hígado de amianto!
- ¡No boludo!, once entre varios, ayer a la noche apareció medio país, hubo políticos, curas, sindicalistas, de ellos vinieron de los tres elementos.
- ¿Aire, agua y tierra?, falta el fuego. Dijo entre risas.
- Ese elemento me contó un pajarito que arranca hoy, por eso las reuniones.
- ¿Sabés en dónde?
- Si, pero por acá no te lo puedo decir, vos sabés que ahí oyen hasta las paredes los muchachos del service cuando se den cuenta que estás usando la línea van a poner el mosquito. Escuchá la radio, el pajarito me contó que la hoguera la encendían a las 6 en punto en un lugar donde hace mucho frío.
- ¡Mierda!, van a hacer lo que dijo Aníbal hace un mes atrás
- Supuestamente van y vuelven, pero me dijeron las chicas de ceremonial que de las once tres se las bajó el solo, parece que se envalentonó demasiado y ahora no lo pueden hacer bajar. Se quiere quedar a vivir en Casa y si le sale la que están haciendo la gente lo va a apoyar.
- ¡Qué lo va a apoyar!, ¿vos viste lo que fue la plaza el otro día?, te olvidás que tuviste que volver acá a la rosada porque nosotros no dábamos abasto.
- La gente es muy veleta y necesita alegrías.
- Bueno, te dejo me parece que estoy escuchando pérdidas de aire... parece que los amigos del servicio ya nos pincharon.
- Bueno, que te sea leve, ¡Saludos señor mosquito zumbador!

"Estamos en el horno", pensó. "Tenemos un presidente que se baja en una noche tres botellas de whisky y hace cosas de borracho violento que se quiere agarrar a trompadas hasta con Monzón"
Durante la mañana de ese 2 de abril de 1982 las radios comenzaban a informar que las Fuerzas Armadas habían recuperado el control sobre las Islas Malvinas.
Como predijo el colo la plaza empezó a llenarse de gente que brindaba su apoyo y vivaba el accionar militar. A las 12 terminó su guardia, su relevo llegó con una banderita argentina que le había chapeado a un vendedor.

Salió a la calle, bajó por Defensa hasta Belgrano. No había colectivos, todo era caos y euforia. Recién a eso de las dos de la tarde llegó a su casa encendió el televisor, por cadena nacional la voz aguardentosa de un trasnochado que se había bajado tres botellas de whisky anunciaba que:

- Hemos recuperado salvaguardando el honor nacional, sin rencores, pero con la firmeza que las circunstancias exigen, las Islas Australes que integran por legítimo derecho el patrimonio Nacional".

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