miércoles, 25 de febrero de 2009

COLABORACIÓN SOBRE LA NIÑEZ III

La niñez

Quiero compartir con ustedes una canción, que esta vez, es mucho más que la conjunción de música y letra. Es, a mi parecer, un bellísimo poema. Su autor, Joan Manuel Serrat.
Un cantautor que despierta emociones y que posee una memoria digna sobre su vida y el paso de los años.
A pesar de que su pasado está herido por la guerra civil que azotó el Estado Español desde el 36 hasta el 39, Serrat ha escrito sus canciones con especial orgullo, ese que nos da el sentirnos agradecidos por la tierra que nos ha visto crecer y por las personas que nos criaron.
Fiel a su instinto de artista, Serrat recuerda su niñez mediante un poema, el cual acompaña con notas musicales. En la canción titulada ¨Mi Niñez¨ , se sincera y nos cuenta:

Tenía diez años y un gato
peludo, funámbulo y necio,
que me esperaba en los alambres del patio
a la vuelta del colegio.

Tenía un balcón con albahaca
y un ejército de botones
y un tren con vagones de lata
roto entre dos estaciones.

Tenía un cielo azul y un jardín de adoquines
y una historia a quemar temblándome en la piel.
Era un bello jinete
sobre mi patinete,
burlando cada esquina
como una golondrina,
sin nada que olvidar
porque ayer aprendí a volar,
perdiendo el tiempo de cara al mar.

Tenía una casa sombría,
que madre vistió de ternura,
y una almohada que hablaba y sabía
de mi ambición de ser cura.

Tenía un canario amarillo
que sólo trinaba su pena
oyendo algún viejo organillo
o mi radio de galena.

Y en julio, en Aragón, tenía un pueblecillo,
una acequia, un establo y unas ruinas al sol.
Al viento los ombligos,
volaban cuatro amigos,
picados de viruela
y huérfanos de escuela,
robando uva y maíz,
chupando caña y regaliz.
Creo que entonces yo era feliz.

Tenía cuatro sacramentos
y un ángel de la guarda amigo
y un "Paris-Hollywood" prestado y mugriento
escondido entre mis libros.

Tenía una novia morena,
que abrió a la luna mis sentidos
jugando los juegos prohibidos
a la sombra de una higuera.

Crucé por la niñez imitando a mi hermano.
Descerrajando el viento y apedreando al sol.
Mi madre crió canas
pespunteando pijamas,
mi padre se hizo viejo
sin mirarse al espejo,
y mi hermano se fue
de casa, por primera vez.

Y ¿dónde, dónde fue mi niñez?

Cande Fernández Miganne

1 comentario:

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